lunes, 30 de agosto de 2010

La Trampa Peñalosista

Existen en Colombia todo tipo de despropósitos, casi al punto de decir que en eso no nos sacamos una buena calificación sino un as bajo la manga. Entre esos ha hecho carrera una especie de odio contra el vehículo particular al punto de que se han tomado medidas del corte de toques de queda para evitar que se saquen los vehículos.

Todo esto ha sido impulsado por el más nefasto político en toda la historia del país: Enrique Peñalosa Londoño. Y a pesar de que la historia de este artículo no es nueva -ya tiene diez años-, su tratamiento sí lo es.

Estoy hablando nada más y nada menos de su idea de restringir absolutamente el uso de vehículos particulares durante días hábiles y su mañosa implantación de la norma.

¿Y eso cómo fue? El buen día del 29 de Octubre del 2000, se llevó a cabo una consulta popular que le preguntaba a los bogotanos acerca de dos cuestiones sobre las qué votar: El Día sin Carro y la Restricción Vehicular.

Esa "restricción vehicular" era una pregunta para restringir el uso del carro a partir del 2015, cuando muchos de los votantes podrían haber adquirido uno o más carros y otros haberse cambiado de ciudad. A partir de entonces no dejan de salir cuestionamientos al respecto.

¿Las razones que adujo Peñalosa?
Un modelo propio, más sostenible en lo ambiental y más igualitario en lo social.

A la hora de la votación resultó que esa patente impostura no alcanzó los votos necesarios.

A pesar de eso, la alcaldía de Peñalosa decretó como válidas ambas propuestas.

Incluso el periodista José Clopatofsky Londoño se pronunció al respecto y explicó magistralmente la gigantesca sandez y metida de dedos en la boca que es dejar de usar los carros durante las horas que más se necesitan -ergo todos tendríamos que usar Transmilenio (¿por qué no me extraña?), que ni siquiera en las estimaciones más optimistas lograría sobrevivir a esa marea humana-.

Afortunadamente en la historia de hoy tenemos un happy ending pues resulta que ese artículo fue derogado por la Administración Mockus porque
la consulta efectuada sobre la restricción vehicular a partir del año 2015, no cumplió con los requisitos previstos en la Ley, teniendo en cuenta que se contabilizaron como votos válidos, los tarjetones no diligenciados por los ciudadanos.

Así es: hubo fraude en esas votaciones. Ése es el método Peñalosa, premiadísimo ex burgomaestre.

Algunos asiduos del blog podrían decir que por fin Mockus hizo algo rescatable y estoy de acuerdo con que lo hizo. Pero eso no cambia mi prevención frente Mockus. Por el contrario: si es consciente del método Peñalosa, ¿por qué formó un Partido Político con él?

sábado, 21 de agosto de 2010

Aclaración de Voto: El Día del Orgullo Primate

Hace poco tuve la fortuna de poder presenciar los aniversarios de Independencia tanto de EEUU como de Colombia.

En ambas ocasiones me embargó una mezcla de sentimientos contradictorios: por una parte no puedo sino expresar mi mayor felicidad por la libertad de los pueblos y el quitarse de encima el poder tiránico y colono de potencias extranjeras. A la vez que este sentimiento me llenaba por dentro y se apoderaba de mis expresiones exteriores, vino otro que lo opacaba y ese sentimiento era de decepción: los vivas, la euforia, la alegría de los demás que estaban impulsadas por el patriotismo, ese pseudovalor según el cuál uno tiene el mejor país del mundo (discusión de por sí bizantina: 1°) ¿Mejor en qué aspecto? ¿que no hay índices internacionales para medir eso? 2°) Lo que alguien considere 'mejor' depende del tiempo que haya vivido en dicho país, la edad en la que lo vivió y su ubicación en el espectro económico-político. No es lo mismo si viví mis primeros 15 años en Noruega y de mis 15 a los 30 en Haití, que si fue al contrario).

En ese contexto de celebarciones de independencia -y patrioteras, casi al punto del nazi-onalismo- cometí el error típico de las personas que no solemos tener los puntos de vista de la mayoría: caí en un debate con mi familia. ¿Por qué? Porque ellos se sienten orgullosos de haber nacido en el país que lo hicieron mientras que yo me encuentro inhabilitado para sentir orgullo por algo en lo que no tuve la más mínima influencia ni decisión. Lo encuentro tan ilógico como sentirme orgulloso de ganarme la lotería o de haber nacido a la hora que lo hice -y no conozco a nadie que se reúna con las personas que nacieron a la misma hora, cada año a celebrar, ni mucho menos que las personas dejen lo que estén haciendo y lancen fuegos artificiales todos los días a esa hora por el no-tan-sencillo, aunque majestuoso hecho, de haber nacido-.

Me sentiré feliz, alegre, honrado, afortunado, pero el orgullo simplemente no logra seguir ese camino. Me siento orgulloso de ser ateo y el camino que recorrí para llegar a esa decisión, me siento orgulloso de las calificaciones de la Universidad, de ser escéptico, de haber desarrollado alta estima y real aprecio por la ciencia, los libros -no todos- y el conocimiento; de haber desarrollado a la vez alergia intelectual -al punto de la urticaria- frente a la superstición (incluido su despropósito de aceptar afirmaciones sin pruebas y desechar las pruebas que las refutan, mejor conocido como fe), el pensamiento ilusorio, las pseudociencias y los falsos razonamientos.

Aseguré además que por aquello que habían hecho mis antepasados, a los cuáles no había conocido, me sentía impotente de sentir orgullo. Muy por el contrario de lo que podía ser en el caso de mis abuelos, tíos, primos, padres y hermano, sobre quienes en una u otra manera he ejercido alguna influencia. Y que eran mi ascendencia quiénes más orgullo podían sentir de mí, como yo de mis hijos -si finalmente decido tener- y descendencia en general.

Ante esto mis familiares me dijeron que lo que yo entendía por orgullo no era la definición de la RAE y por ende fallaba en mi razonamiento, que el uso que le daba a la palabra orgullo se salía de ese parámetro fijado. ¿Qué hice? Pues fui a la RAE y vi qué dice sobre el orgullo:


Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas.

Precisamente aquello que yo entiendo por orgullo. Olvidé la discusión y decidí no prolongar la discusión durante lo que se suponía que era una celebración.

Y no volví a pensar en el asunto hasta que hace unos días me enteré de que algunas bitácoras colegas están proponiendo el Día del Orgullo Primate como respuesta ante los obtusos y monocromáticos ataques de los creacionistas a la evolución.

En principio me parece acertada esa propuesta nacida en el Blog Sin Dioses que la ha promovido y también ha expuesto sus razones más que pertinentes y le han seguido los bloggers de Ateo Militante, ¿y qué?, Alerta Religión y dEl Blog de la Razón.
La iniciativa incluso ya cuenta con una página en Facebook.

De Avanzada apoya esta idea y se suma a su causa: la celebración del HECHO que es la evolución y gracias al cuál nosotros vivimos en primer lugar.

Sin embargo, fiel a la idea de que no venimos al mundo por una razón específica, más que por el hecho de que nuestros padres biológicos pusieron de su parte, considero que el hecho de pertenecer al orden de los primates no es susceptible de orgullo. No tuvimos ni las más ínfima influencia sobre este desenlace evolutivo y ni siquiera existíamos para acaso aceptarlo o rechazarlo. Somos su consecuencia, no hay forma de sentir orgullo por eso.

Por esta razón -¿Razón?- hago un llamado a los impulsores de la iniciativa a que consideren el nombre y, razón mediante, la bauticen de otra forma que no implique teleología alguna.

Por mi parte aporto estas ideas:

Día Primate
Día del Honor Primate
Día de la Honra Primate
Día de la Fortuna Primate
Día de la Dignidad Primate
Día de la Satisfacción de pertencer al Orden Primate
Día para Celebrar que descendemos de los Primates

¿El día? El 24 de Noviembre.
¿Por qué? Porque el 24 de Noviembre de 1859 se publicó El Origen de las Especies y el 24 de Noviembre de 1974 se descubrió a Lucy. También fue el día en que nació uno de los padres del ateísmo moderno, el gran Baruch Spinoza (en 1632).

Este es el Manifiesto del Día Primate:

1. Nos sentimos orgullosos dignos, satisfechos de ser miembros del orden de los primates. La inclusión en el grupo de los primates no es sólo un aspecto taxonómico sino que revela también el parentesco evolutivo que tenemos con los demás primates.

2. Nos sentimos orgullosos honrados de "descender de un simio". No de una especie de simio actual, sino de un simio extinto, pero simio al fin y al cabo. No nos avergüenza nuestro origen evolutivo.

3. Queremos hacer un reconocimiento al trabajo de los paleontólogos que han ayudado a descifrar nuestros orígenes evolutivos y deseamos que se siga desarrollando el trabajo de los paleontólogos, así como la divulgación de sus investigaciones.

4. Queremos hacer un reconocimiento a todos los biólogos y conservacionistas que trabajan para ayudar a conservar las especies de primates actuales.

5. Queremos declarar que los seres humanos no estamos separados de la naturaleza, sino que somos parte de la naturaleza, ya que nos relacionamos con ella en las interacciones ecológicas y por nuestro origen evolutivo.

6. Manifestamos que nos sentimos orgullosos afortunados de ser homínidos y de que nuestros parientes más cercanos sean los simios africanos. La anatomía comparada y la genética nos muestra esta relación filogenética y tal hecho no nos hace menos como seres humanos.

7. Queremos que el conocimiento de los orígenes humanos que nos revela la ciencia esté disponible en todas las escuelas y denunciamos el bloqueo que hacen de ello los grupos fundamentalistas religiosos.

8. Manifestamos que la oposición que hacen los creacionistas respecto al parentesco de los humanos con los demás primates y de nuestra evolución es científicamente deshonesta y responde solamente a intereses doctrinales. Los creacionistas tienen derecho a creer lo que deseen pero no pueden pretender pasar por alto el testimonio fósil, ni del ADN, ni de hacer pasar sus convicciones religiosas como una explicación al mismo nivel de la ciencia

jueves, 12 de agosto de 2010

Hugo Boss

Mi autor favorito, el inigualable Christopher Hitchens tiene cáncer de esófago y no se sabe qué efecto tendrá la quimioterapia.

A pesar de lo que le pasa a nivel de salud, su lucidez permanece intacta y su último artículo en la revista Slate, Hugo Boss -que traduce algo así como "Hugo el Jefe" a la vez que juega con el nombre de la marca de colonias-, me parece más que acertada.

Christopher Hitchens, este es un tributo para ti desde De Avanzada:

lunes, 2 de agosto de 2010

Perdónenme, pero... yo no respeto creencias

Así como lo leen: no las respeto.

Tampoco respeto las opiniones ni las ideas. ¿Por qué? Porque sencillamente no son susceptibles de ser respetadas.

Susceptibles de respeto somos las personas y los derechos (los verdaderos derechos -discusión que trataré luego-).

Considero que Fernando Savater lo expresa mejor que yo:
Seguimos con la monserga de que hay que respetar todas las opiniones, cuando lo respetable son las personas: las opiniones, por el contrario, solo se respetan tomándolas en serio y por tanto criticándolas cuando lo merecen.

¿Y entonces? Tengo la firme convicción de que las teorías, opiniones, modelos, etc. hay que someterlos a crítica, análisis… vapulearlos y exprimirlos hasta que se derrumben o prueben su consistencia con los hechos conocidos.

¡Método científico básico!

Como amante de la Libertad de Expresión, no le reconozco a esta más límites que los hechos -con la excepción de las obras de ficción- y el honor y la honra de las personas. Por tanto no debe ser la libertad de expresión una coartada para calumniar e injuriar a nadie.

Además, ¿cómo es que nos comunicamos? Respondiendo a un interlocutor. Es la dinámica básica de la retórica, de un debate o de un diálogo: uno responde a la pregunta que le formulan, presenta contraargumentos, destruye sofismas, exige evidencia, etc. Básicamente uno se expresa sobre lo que los demás dicen.

Sin embargo resulta que algunas bastantes personas piensan que como ellos consideran algo sagrado, eso es completamente suficiente como para que se respete dicha postura. Pues por muy sagrado que alguien tenga el racismo, la homofobia, la ablación mutilación de clítoris, el no comer determinado alimento en determinada fecha o una creencia en un ser superior para el cuál no hay ni un atisbo de evidencia, yo seguiré criticando esas nociones -y muchos otros despropósitos- como mejor me parezca.

Por otra parte no puedo dejar de preguntarme, los que quieren que se respeten sus ideas, ¿en dónde carajos dejaron su congruencia? ¿por qué no se responsabilizan de lo que dicen?

¡Qué cómoda es la posición en la cual se puede decir cualquier cosa -sea una sandez del tamaño de Júpiter o una genialidad einsteiniana- y que esa expresión quede protegida y no esté abierta al debate!

Probablemente, Richard Dawkins lo expresa mejor que yo:
Se espera del resto de nosotros que defendamos nuestros prejuicios. Pero pedirle a una persona religiosa que justifique su fe, infringe la "libertad religiosa".

Si alguien no está dispuesto a defender sus tesis, puntos de vista, prejuicios y demás a la luz de un debate argumentado y contrastándolo con los hechos, bien puede guardárselas para su fuero interno. Es libre de pensar lo que sea y también de decir lo que sea, pero si lo que piensa es una perogrullada que no se ofenda cuando se le haga caer en cuenta.

Supongo que en la cadena de irresponsabilidad que inculcan las religiones, con esto no se podían quedar atrás: ten todos los hijos que te lleguen -así no puedas sostenerlos-, peca cuanto quieras -que al confesarte serás perdonado-, tapa a las mujeres de arriba a abajo -que si les ves un centímetro de piel y las violas, será su culpa-, habla cuanta porquería quieras e incluso niega los datos científicos probados -que la superstición por ser sagrada no debe ser impugnada-.

Creo que para resumir puedo citar las palabras del gran Douglas Adams:
Ahora, la invención del método científico y la ciencia es, estoy seguro de que todos estarán de acuerdo, la idea intelectual más poderosa, el marco más potente para el pensamiento y la investigación y la comprensión y para desafiar al mundo que nos rodea, y que se basa en la premisa de que cualquier idea está ahí para ser atacada y si resiste el ataque entonces vive para luchar otro día y si no resiste el ataque se desecha. La religión no parece funcionar así; tiene ciertas ideas centrales que llamamos sagradas o santas o lo que sea. Es una idea a la que estamos tan acostumbrados, ya sea que la suscribamos o no, que es un poco extraño pensar lo que de hecho significa, porque realmente lo que significa es: "Aquí hay una idea o un concepto del que no está permitido decir nada malo, simplemente no se está permitido. ¿Por qué no? - ¡Porque no!".

Si alguien vota por un partido con el cual usted no está de acuerdo, usted tiene toda la libertad de argumentar sobre él; tanto como usted quiera. Cada quién puede tener su propio argumento pero nadie se siente agraviado por eso. Si alguien piensa que los impuestos deberían ser aumentados o reducidos, usted tiene toda la libertad de argumentar sobre eso. Pero por otra parte, si alguien dice: “Yo estoy obligado a no tocar ni siquiera el interruptor de la luz los sábados”; usted dice: “Yo respeto eso”. ¿Porqué debe ser perfectamente legítimo apoyar al partido laborista o al partido conservador, a los republicanos o a los demócratas; este modelo de economía versus este otro, Macintosh en vez de Windows—pero tener una opinión sobre como comenzó el Universo; sobre quién creó el Universo… no... !eso es sagrado!?

...

Aún así, cuando uno lo mira racionalmente, no existe ninguna razón para que esas ideas no estén abiertas al debate.

Probablemente algunos no estén de acuerdo con lo que expongo en este artículo así que para finalizar les pregunto ¿cómo harán para respetar mi opinión y a la vez controvertirla?