viernes, 16 de diciembre de 2011

La Novena Atea de Aguinaldos - La de todos los días

Alguna vez exploré las raíces doctrinales de donde salen todas las pavadas de la novena de aguinaldos (en ese momento estaba fresca la influencia de Michel Onfray y se nota).

Este año, me parece algo más adecuado presentar mi versión de la Novena de Aguinaldos. Empecemos con la lectura de todos los días:

Cretínisimo dios de infinita impunidad que tanto amenazaste a los hombres y que nos diste en tu hijo la peor prenda de tu odio, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la virgen que violaste, naciera en un pesebre para remover una maldición que tú mismo nos impusiste; no te damos gracias por tan inmenso maleficio. En retorno le ofrecemos, señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo nuestro, un mundo justo, ignorando las salvajes y atroces enseñanzas de la Biblia. No requerimos de su intromisión para poderlo realizar. Le pedimos que esta Navidad, nos deje vivir en paz y alegría, para que la comunidad, por medio de la Ciencia, los derechos humanos y la Razón, busque más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. No sería más. (Blasfemia)

Luego viene la invocación a la familia, que esta vez será reemplazada con la invocación al ejercicio de las libertades individuales:

Haré de mi hogar un sitio de amor humano. Que haya libertad de expresión. Que haya el derecho a sentirse ofendido porque también está el derecho a ofender. Que haya autoestima. Que haya justicia. Que no haya abandono ojalá porque los padres tengan la firme convicción de proveer con recursos a su descendencia. Que cada quien haga uso de las facultades críticas como a bien tenga. Que cada mañana amanezca un día más de regocijo y satisfacción propia y se acaben las penas y los sacrificios. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haremos con nuestras vidas lo que nos venga en gana, como nos venga en gana. Que nuestros hijos hagan lo que les venga en gana, que salgan con quien quieran y lean lo que quieran. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo por la convicción de hacerlo. Que hagamos el amor y tengamos mucho sexo. Que cuando amanezca el amargo día de morir estemos rodeados de nuestra familia y nuestros amigos. No sería más.

Sigue la invocación a María:

Soberana María, te pedimos pongas la denuncia por acceso carnal violento; haz que ese cretino de dios se pudra en la cárcel para que el mundo sea fuente de comprension, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que reúne a algunos alrededor del pesebre donde nació tu hijo, nos recuerden por qué es necesario que se apruebe el aborto en todos los casos y que el Estado promueva los métodos anticonceptivos y una sexualidad responsable; que no olvidemos los delitos cometidos por la Iglesia para llevarlos ante la justicia. Eso es todo.

Luego a José:

José, esposo de María y padre putativo del zombie judío, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret, ya que todo un dios fue incapaz de hacerlo. Ojalá nunca seas ejemplo de los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar todo lo contrario al dictador celestial, o sea, cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y mantener a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Eso es todo (Blasfemia).

Y ahora al zombie judío cuando niño:

Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es el recordatorio constante de por qué hay que aprobar el aborto en nuestra sociedad. Navidad es la certeza de que tomar fiestas paganas y proponerlas en nombre del genocida imaginario de turno funciona.

Que esta reunión sea cada vez más con menos pesebres y cada vez más personas se deshagan de la peligrosa fe, que en cambio desarrollen su pensamiento crítico, dejen de odiar a los homosexuales y empiecen a vivir de una manera medianamente decente - tratando a las mujeres como seres humanos. Gracias a los historiadores hemos llegado a comprender que donde no hay amor y ni justicia, allí estas tú, Jesús. (Blasfemia).

¡Y ya vienen las versiones ateas de las invocaciones de cada día!

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